Lecciones del caso colombiano


Artículo publicado en El Comercio, Martes 17 de febrero de 2009

Por Raúl Andrade

Desde hace un tiempo la simplificación de trámites es considerada un requisito para mejorar la competitividad de las empresas. El tema cobra importancia para nosotros dada la reciente implementación del tratado de libre comercio de nuestro país con Estados Unidos, el descenso del Perú en el ranking de competitividad del Banco Mundial, y la importante presencia de empresas informales en nuestra economía.

Para que una empresa opere formalmente en Lima, ella tiene que realizar trámites que demoran en promedio 65 días, desde la verificación de la razón social de la empresa hasta que obtiene una licencia de funcionamiento, mientras que en otros países como Chile, México o Argentina, estos trámites toman menos de 35 días. Una vez en operación, la empresa recibirá visitas de inspección para verificar que está cumpliendo con diversas regulaciones.
Las regulaciones, cuando son bien diseñadas y se cumplen, facilitan el equilibrio entre la actividad empresarial y el desarrollo urbano, además que reducen el riesgo que algunas actividades empresariales pueden ocasionar en terceros. ¿Cómo comprometerse entonces a reducir los tiempos y costos de realizar estos trámites, teniendo a la vez regulaciones que sean efectivas? El caso de Colombia, uno de los principales reformadores en el área de trámites en la región, puede dar algunas luces. Contrariamente a lo que sucedió en el Perú, entre los años 2008 y 2009, Colombia mejoró 13 posiciones en el ránking de competitividad del Banco Mundial y, en promedio, el tiempo para que una empresa se constituya y opere se redujo de 42 a 36 días.
Cuando una empresa se registra legalmente en Colombia, queda identificada también para fines tributarios y laborales. Además, ya no se le exige licencia de funcionamiento para que opere, pues los objetivos de control y monitoreo de dicha licencia han sido reemplazados por un marco legal que se aplica apropiadamente a través del sistema de inspecciones. Este sistema de inspecciones ha sido reformado de manera que las empresas ya no son visitadas varias veces por instituciones distintas, sino que son sometidas a una sola inspección multipropósito, condicionada al riesgo que la actividad de cada empresa implica. Colombia también prevé iniciar reformas del trámite para obtener licencias de construcción, así como agilizar el trámite para cerrar empresas.
¿Qué elementos han influido para que Colombia mejore estas regulaciones de forma sostenida? En primer lugar, la simplificación de trámites es parte de la agenda política en el ámbito nacional y es seguida seriamente en la práctica por los gobiernos regionales y locales. En ese sentido, cabe mencionar que no solo se simplifican los trámites que las empresas deben realizar, sino los que realiza cualquier ciudadano. En segundo lugar, hay una activa participación del sector privado en la promoción e implementación de estas reformas, así como en la administración de los servicios provistos. Por ejemplo, la Cámara de Comercio de Bogotá es la que actualmente busca promover la reforma del trámite para cerrar empresas. Asimismo, el servicio de registro empresarial es provisto por las cámaras de comercio. Tercero, las reformas son implementadas en conjunto con sistemas para monitorear la calidad del servicio, lo cual evita retrocesos y, por el contrario, promueve mejoras continuas.
Es deseable que los esfuerzos por promover reformas en nuestro país incorporen estos elementos. Ello contribuirá a que se observen cambios reales y que estos sean sostenibles en el tiempo.



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