Inseguridad alimentaria

Artículo publicado en El Comercio, Martes 6 de mayo de 2008

Por Eduardo Zegarra


El dramático aumento de precios de los alimentos de los últimos meses ha generado ya una crisis alimentaria en varios países dependientes de importaciones, y viene desatando conflictos entre gobiernos y agricultores en otros (como Argentina), donde se ha prohibido o gravado las exportaciones agrícolas. Lo más grave de esta última escalada de precios es que está ligada a factores especulativos por la crisis financiera estadounidense, con inversionistas temerosos migrando hacia los commodities alimentarios. El efecto no puede ser más perverso, una crisis financiera en el norte rico termina afectando gravemente a la alimentación de los más pobres en el sur en desarrollo.

Organismos internacionales, como el Banco Mundial y la FAO, vienen proyectando que los precios de los alimentos mantendrán un nivel alto por lo menos hasta el año 2015. Detrás de esto están cambios estructurales como la triplicación de demanda de algunos alimentos básicos en China e India, y el 'boom' de los biocombustibles de maíz en Estados Unidos. Igualmente, el cambio climático viene reflejándose en la creciente inestabilidad de la oferta agrícola en varias zonas del planeta. Los stock internacionales de granos han bajado dramáticamente en los últimos años y no se prevé una recuperación rápida.

Lo preocupante en el Perú es que parece que no entendemos la magnitud del problema ni los peligros hacia adelante. El país sigue sin tener una política de seguridad alimentaria y el gobierno actual solo ha atinado a tomar algunas medidas de corto plazo, como una indiscriminada reducción arancelaria y un reparto poco técnico de bolsas de alimentos en zonas urbanas (¿y las rurales?). No tenemos una política básica de reservas de protección en algunos alimentos esenciales (granos y lácteos) tal y como recomienda la FAO (un 15% de la demanda interna). Igualmente, carecemos de instrumentos para identificar a la población más vulnerable que está siendo afectada por los mayores precios para poder atenderla directamente. Si este año tenemos problemas climáticos incluso moderados, podríamos enfrentar una grave crisis alimentaria, para lo cual no hay un mínimo de planificación y previsión.

Creo que es el momento adecuado para diseñar e implementar una política integral de seguridad alimentaria. Algunas medidas a tomar en esta dirección: (i) crear un consejo de la seguridad alimentaria con participación del Estado, consumidores y productores; (ii) generar reservas de seguridad en algunos alimentos claves para enfrentar problemas de oferta; (iii) ampliar los incentivos para el cambio tecnológico y la ampliación de los servicios agrarios (financiamiento, asistencia técnica, información) recogiendo experiencias como la de los yachachiqs en la sierra sur que debería expandirse a toda la sierra peruana en lugar del casi inexistente Sierra Exportadora; (iv) agresiva política de promoción de mejores hábitos de consumo alimentario de nuestra población hacia productos con ventajas competitivas en los ámbitos regional y local; (v) promover un papel más activo para gobiernos regionales y locales en la alimentación de la gente, apoyando en la certificación de calidad de alimentos, impulso a mercados mayoristas y ferias agropecuarias.

En temas de alimentación de la gente los costos de no hacer nada son siempre mucho mayores que los beneficios de la previsión y la acción colectiva hacia una verdadera seguridad alimentaria.


Share/Save/Bookmark

Leer más......

Los salarios seguirán siendo bajos


Entrevista publicada en El Comercio, Jueves 1 de mayo de 2008


Los niveles de empleo mejoran y la locomotora de crecimiento sigue en movimiento. Sin embargo, la actual bonanza económica parece no llegar a todos los niveles socioeconómicos de la población. ¿Por qué si las cosas van tan bien los sueldos continúan siendo bajos? ¿Tendrá acaso algo que ver la excesiva oferta de mano de obra y el bajo nivel de educación de la población? Estas y otras interrogantes responde Miguel Jaramillo, analista de Grade, quien hace una evaluación de la situación laboral en el Perú.

¿Por qué a pesar de que los niveles de empleo han mejorado, existe la sensación de que este avance no llega a todos los segmentos de la población?
El empleo está creciendo, eso es innegable y no hay una fuente de información estadística que demuestre lo contrario. Lo que sucede es que esta expansión nunca será suficiente mientras tengamos cifras de pobreza tan altas y la calidad del empleo y los niveles de ingresos que reciben los peruanos no sean más altos.

¿No resulta contradictorio que el mayor crecimiento económico no se traduzca también en mejores ingresos? Según el CIES, en los últimos cinco años el ingreso por hora en Lima Metropolitana apenas ha mejorado en S/.0,02.
Sin duda ese es un dato muy preocupante, que tiene que ver con el hecho de que aún hay un gran bolsón de desempleo en el país. Y aunque es cierto que este indicador bajó de 9% a 7% en los últimos cinco años, la tasa todavía se mantiene alta y eso se refleja en las remuneraciones. Cuando las empresas publicitan una plaza hay colas inmensas de gente y como las empresas perciben que el trabajador es fácilmente sustituible, salvo en ciertos segmentos, como el ejecutivo, no se ven presionadas a realizar ajustes para retener personal.

¿A qué atribuye esa marcada desigualdad de los ingresos?
A la escasez de cuadros más calificados. Si necesito un conserje no tendré problemas en conseguirlo, porque probablemente se presenten más de 200 personas para ocupar el cargo, en cambio si lo que busco es un gerente de ventas o de márketing, es más que seguro que tarde cierto tiempo en encontrarlo.

La falta de capacitación y la educación deficiente también tendrán mucho que ver.
Sí, esos también son factores que tienen una incidencia directa. De hecho si algo aparece estar claro es que de la escuela en muchos casos solo bota analfabetos funcionales. La gente sale y el 80% tiene un nivel de comprensión tan bajo que nos les permite aprender con la lectura. Muchas veces las empresas dan manuales a sus trabajadores , ellos leen las instrucciones pero no las entienden. Para que aprendan debe pasar un tiempo y en ese lapso el empresario pierde tiempo y dinero. Si alguien no está capacitado, difícilmente recibirá grandes sueldos.

¿Eso implica que los ingresos para el grueso de la población continuarán siendo bajos?
En realidad es una cuestión relativa, porque todo depende de la demanda. Sin embargo, no esperaría que las remuneraciones de obreros y empleados suban mucho, mientras no se solucionen los problemas de educación y el bolsón de subempleo siga siendo tan alto (de 53%).

¿Y en cuanto al empleo, cree que continuaremos observando altas tasas de crecimiento de entre 8% y 9%?
Lo más probable es que en el corto o mediano plazo las tasas de crecimiento del empleo se vayan a moderar, porque las cifras actuales me parece excepcionalmente altas y nunca en la historia del Perú estas se han sostenido por mucho tiempo.

Sin embargo, el Gobierno sostiene que los proyectos de inversión que tenemos en ciernes y la firma de nuevos tratados de libre comercio ayudarán a incrementar aún más la demanda de mano de obra.
No necesariamente. Por un lado el ministro de Economía, Luis Carranza, ha dicho que la tasa de crecimiento del PBI va a bajar y eso va a generar un efecto sobre el empleo; por otro lado, es muy probable que en la medida que se realicen nuevas inversiones en modernización de plantas y equipos, el mayor uso de la tecnología implique una disminución de la mano de obra por un factor de sustitución.

La última encuesta de la Universidad de Lima indica que el empleo en el sector informal ha crecido, el tiempo transcurre y es poco lo que se ha hecho por solucionar el problema. ¿Cree que el Ejecutivo tiene voluntad política para implementar una reforma laboral?
Lo que veo es una clara voluntad política en la Comisión de Trabajo de cambiar todo en la legislación, pero para peor, y eso es algo que salta la vista. Ahora si me pregunta por el Ejecutivo, la verdad es que no tengo idea.

¿Entonces no hay voluntad?
Parece que no. Mas allá de ciertas declaraciones del presidente Alan García, en el sentido de que hay que facilitar la formalidad, no he visto ni escuchado nada.

¿Y ello a qué cree que se deba, si el ministro Luis Carranza parece haber definido hace buen tiempo el tema?
Quizá sea porque en cualquier parte del mundo la reforma laboral siempre es un tema bien peliagudo y es muy probable que en el escenario actual, con un nivel de aceptación presidencial bajo, el Ejecutivo no quiera ninguna papa caliente. Y esto es preocupante porque los cambios a la ley de mypes no pueden esperar más.

¿Reducir la carga laboral es el mejor camino para alentar la formalización de las mypes?
En realidad se requiere un enfoque integral, pues además del incentivo laboral, tributario y mayor incidencia en la capacitación, se requiere de muchas otras cosas más, como hacer la ley permanente, ampliar su ámbito de acción y promover mecanismos de protección al trabajador, con la creación de un mecanismo similar a la CTS.

¿Se debe elevar el tope de trabajadores en las mypes?
Sí creo que el ámbito de acción de la norma debe ampliarse de 10 a 50 trabajadores, porque eso contribuirá a que una microempresa no tenga miedo en convertirse en mediana pensando en que perderá los beneficios del régimen mype.

¿Los topes de ventas también deberían modificarse y establecerse en 3.000 UIT, como lo plantea el ministro Carranza?
Ese monto me parece excesivamente alto. Si es así mejor hagamos un régimen general para que todos se cuelguen de estos beneficios.

La productividad del trabajador peruano no es una de las más alta de la región, pero para mejorarla hay que incidir en la capacitación. ¿Esta tarea a quién le corresponde, a trabajadores, empleadores o al Estado?
El problema para el empleador es que no puede asegurar que el trabajador que capacite seguirá con él mañana...

Pero bajo esa premisa nadie capacitará a su personal.
Las empresas capacitan, pero muy poco. El tema aquí es que el Estado también tiene que mojarse y participar. Hace algún tiempo trabajé una propuesta para el régimen anterior, que incluía la creación de un fondo de capacitación que los sindicatos rechazaron tan solo porque venía del Ministerio de Economía.

¿Y de qué forma debe intervenir el Estado?
El empleado no tiene plata ni la información para saber qué requisitos debe cumplir para ser contratado por una empresa. Por otro lado, la empresa sí sabe qué trabajador necesita , pero no quiere desembolsar nada sustantivo porque piensa que puede estar invirtiendo para la competencia. Aquí evidentemente existe un problema y si el Estado quiere encontrar alguna solución entonces debe intervenir brindando algún tipo de incentivo tributario. Las experiencias más interesantes en términos de capacitación incluyen participación del Estado.

¿Cómo ve el rol del Consejo Nacional de Trabajo? ¿Cree que ha venido a menos desde el actual Gobierno?
Sí y eso quedo demostrado con el anteproyecto de la ley general de trabajo. Se hizo caso omiso al consenso y se envió el texto para que sea depurado por un grupo de expertos. Ello nos demuestra que no se respetó el diálogo y tampoco el consenso . Sin duda, uno de los grandes retos que tiene el ministro Mario Pasco será reforzar el rol del CNT si quiere evitar que el Congreso asuma una actitud excesivamente proteccionista y eleve los niveles de rigidez de la legislación peruana.

¿Veremos cambios significativos en la agenda laboral?
Lo más inmediato será la ley de mypes, que debe venir porque ya esta próximo a vencer el plazo que dio el Congreso al Ejecutivo para legislar en materia de TLC. Salvo ese proyecto, no esperaría nada nuevo. No obstante un aspecto positivo sería sacar el tema de la capacitación del ámbito retórico y darle la prioridad que merece tener.

¿El Ejecutivo debe hacer más para evitar el incumplimiento de los derechos laborales?
Este es un punto flaco que el ministerio debe seguir reforzando. No obstante me parece excesivo pensar que la inspección sea considerada como la única herramienta para alentar la formalización. Si queremos cambios, el Gobierno debe comprarse el problema, hacer cumplir la ley y sancionar de manera ejemplar a los que incumplan la norma. Pero no solo eso: también debe empezar a trabajar en la meta que se trazó en julio pasado para reducir la informalidad. Esa es la mejor manera de asegurar que los derechos se cumplan.

¿Debe preocupar la mayor cantidad de huelgas y protestas que está registrando el país?
Siempre que no terminen en violencia no deberían generar alarma. Además en épocas de bonanza es normal que estas repunten, porque los trabajadores esperan que las empresas también compartan con ellos sus mayores ingresos.


Share/Save/Bookmark

Leer más......