La crisis en el empleo aún no pasa


Entrevista a Miguel Jaramillo, publicada en El Comercio, Miércoles 6 de enero de 2010


Miguel Jaramillo no es gurú ni profeta, pero su experiencia en economía del trabajo y política social le permite hablar con autoridad sobre lo que ocurre en el mercado laboral y lo que podríamos esperar este año.

Por: Azucena León Torres

Se esperaba un 2009 de regular para malo en materia laboral…
El desempeño del mercado laboral en el 2009 no ha sido malo. Si observamos la información obtenida de la encuesta de variación mensual del empleo (al tercer trimestre) vemos que en términos acumulados este indicador, pese a la crisis, ha mostrado un ligero crecimiento. Es cierto que han habido comportamientos dispares, como en minería y en construcción, cuyos resultados fueron negativos. No obstante, en términos generales, las cifras han sido positivas.

Pero si se toman las cifras del tercer trimestre y parte del cuarto (donde o hay cifras ligeramente negativas o crecimientos nulos), vemos que la crisis recién empieza a reflejarse en el empleo.
Las cifras revelan que la desaceleración del empleo vino rezagada con respecto a la del sector productivo. Y es que despedir trabajadores no es algo sencillo. No solo porque se invierte mucho dinero en una capacitación específica, sino porque además los procesos de selección resultan muchas veces costosos. Cuando los empresarios ven que la caída de su producción y de las ventas no es temporal, entonces recién empiezan a despedir gente, que es lo que pasó con el sector textil y confecciones.

La ministra de Trabajo dijo que los despidos cesaron y que los 150.000 trabajadores que fueron afectados por la crisis ya fueron reabsorbidos por el mercado. ¿Lo peor para el empleo ya pasó?
Me parece prematuro realizar esa afirmación, pues en tanto la producción continúe rezagada, el empleo seguirá mostrando el mismo patrón. Solo cuando la producción haya tocado fondo y se empiece a recuperar en forma sostenida, el empleo empezará a crecer, pero uno o dos trimestres después.

¿La recuperación del empleo se dará en forma rápida o anémica?
Es cierto que la fortaleza de nuestro mercado interno contribuyó a evitar que el empleo cayera brutalmente o a que el desempleo se disparara (como ocurrió en otros mercados), pero no somos una isla. El empleo en el resto urbano cayó más que en Lima y eso es síntoma de que la crisis también puede afectarnos. Por lo pronto, no veo una recuperación sostenida, solo una estabilización de las cifras y lo más probable es que esa tendencia se mantenga en los meses siguientes, pues hay sectores como manufactura que todavía están mostrando un comportamiento inestable.

¿Cuánto tiempo nos tomará volver a registrar esas cifras de crecimiento precrisis?
Por lo menos dos trimestres. Quizá para el segundo semestre del 2010 empecemos a observar una tendencia más positiva por el efecto que se espera tendrá el sector construcción.

¿Por cada punto de expansión del PBI cuánto crece el empleo? Se decía que por cada dos era medio punto…
Eso depende de la composición del crecimiento. En la medida que esté ligado a inversión, este genera más empleo. Creo que la proporción es por cada dos puntos del PBI el empleo se expande en aproximadamente 1,7%.

En EE.UU. los analistas pidieron al presidente Barack Obama dictar más medidas para agilizar la recuperación del empleo. ¿El gobierno de García hizo lo suficiente para compensar a los que se vieron afectados por la crisis o pudo hacer más?
El principal factor que hizo que el mercado laboral peruano no sufriera tanto como en otros países fue la misma dinámica del mercado, pues cuando un peruano es despedido inmediatamente se las ingenia para generarse una actividad de autosubsistencia. Aunque me parece que los programas de formación laboral que promueve el Ministerio de Trabajo (tipo Construyendo Perú) pueden ayudar bastante más en términos de reubicar trabajadores.

¿Revalora Perú no le pareció una buena alternativa?
El problema es que uno no puede lanzar programas nuevos en un contexto de crisis y pretender tener efectos rápidos. Revalora Perú se empezó a pensar cuando la crisis ya estaba instalada. Ejecutar un presupuesto público y contratar empresas para la capacitación es algo que toma su tiempo.

¿Pero fue o no un acierto?
Mi impresión es que su impacto fue muy limitado. Una lección bien clara es que si no tienes mecanismos institucionales que permitan responder rápido a la crisis, el rol del Gobierno será limitado. Si uno realmente quiere hacer algo hay que comenzar a pensar en la próxima crisis (ya no en esta) y tener programas que efectivamente puedan crecer en un contexto adverso, como Construyendo Perú, que son programas básicamente de empleo temporal (focalizado), dirigido a personas con baja empleabilidad (70% son mujeres). Con algunos ajustes este programa puede ser de mucha ayuda en el futuro.

¿Y el programa de compras estatales Myperú?
Bueno, sin duda se trata de una iniciativa más interesante, porque incentiva la producción de la microempresa y pequeña empresa, y con ella el empleo. Pero hay que ver más detalladamente cuál ha sido su real impacto.

Un estudio del Instituto de Investigación para el Desarrollo (de Francia) reveló que en el 2009 las personas que trabajan en empresas informales llegaron a casi 6 millones. ¿Los cambios a la Ley Mype tuvieron algún impacto?
Muy poco. Básicamente porque no hubo un esfuerzo consistente en impulsar su implementación.

¿Qué faltó?, si muchos ministros anunciaron medidas y hasta tomaron a las mypes como su tema de bandera…
Todo. Nunca se implementó nada. La ley plantea buenas cosas, pero hubieron demasiados cambios ministeriales y transferencias del tema (del sector Trabajo pasó a Producción). El tema nunca despegó.

¿La remuneración mínima traba la formalización? El Mintra afina una propuesta para establecer un salario diferenciado por sector y tamaño de empresa, ¿esa es la mejor salida?
En una economía tan heterogénea como la peruana no tiene ningún sentido que la remuneración mínima sea la misma en Lima y en Huancavelica. Hay regiones donde el salario promedio es inferior al salario mínimo, eso es algo que no tiene ni pies ni cabeza. Si tener políticas diferenciadas en ese sentido, es la mejor salida, sí lo es, sin duda.


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