Claroscuros: situación de la desnutrición infantil


Artículo publicado en El Comercio, Lunes 24 de Mayo del 2010

Por Eduardo Zegarra

El INEI acaba de presentar los resultados de la ENDES, encuesta de demografía y salud familiar, para el 2009. La encuesta registra que en el 2009 tenemos un 23,8% de niños menores de 5 años con desnutrición crónica, porcentaje que es inferior al 27,5% del 2008. Esta es una buena noticia para el país, pero debe considerarse que existe una tendencia inercial a la caída en este indicador por el declive en la tasa de fertilidad de las mujeres (especialmente rurales), y el hecho de que los niños entre 4 y 5 años del año anterior (2008) salen de la cohorte de medición, e ingresan los que tienen entre 0 y 1 año, con menor propensión a la desnutrición. Que no se mida la desnutrición en niños entre 5 y 9 años es un grave vacío de las estadísticas del país, que debería subsanarse a la brevedad posible. Pero los resultados tampoco son para festejar. En el Perú de hoy un 45% de los niños en el quintil más pobre sufre desnutrición crónica, y un 30% la padece en el segundo quintil. Con estas cifras es aún improbable que el Perú salga pronto de niveles muy altos de atraso social, menos pretender igualar resultados como los obtenidos por países vecinos como Chile o Costa Rica en la región.

La principal preocupación al respecto es que el Gobierno aún carece de una política de seguridad alimentaria que proteja a los sectores más vulnerables. Aunque es cierto que las autoridades pueden mostrar algunos éxitos en el manejo macroeconómico de la crisis financiera del 2009, deben reconocer serios problemas para avanzar en indicadores sociales importantes como los ligados a la alimentación. Es crucial que los políticos pongan la alimentación de la población en el primer punto de la agenda, que debe ser tema crucial en las próximas elecciones municipales, regionales y nacionales. Una de las claves es reformar los programas alimentarios como el del Vaso de Leche, una vasta red social de madres organizadas en torno a la alimentación que no ha tenido mayor impacto nutricional en los niños.

Este valioso programa debe ir dejando el enfoque de entregar raciones caras, insuficientes y de baja calidad alimentaria a los niños, para pasar al uso de bonos familiares orientados a eliminar la inseguridad alimentaria de las familias. Instrumentos de este tipo han sido mucho más efectivos en mejorar la alimentación de la gente en México rural (Progresa) y en todo Brasil (Bolsa Familia). También es importante que se establezca una reserva alimentaria en el presupuesto nacional para enfrentar los cada vez más previsibles shock de precios o problemas coyunturales de abastecimiento alimentario, como el reciente del azúcar, donde el Gobierno terminó orientando desordenadamente los pocos recursos del Banco Agrario (un banco supuestamente para los agricultores) hacia tres importadores de azúcar, no precisamente un ejemplo de buena gestión pública. Esperemos que el 2010 no sea otro mal año para la alimentación de los peruanos y que el 2011 tengamos mejores propuestas y resultados efectivos en materia alimentaria y nutricional.



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Entrevista a Eduardo Zegarra, Investigador de GRADE, por Jimena de la Quinta en Rumbo económico de Canal N, Jueves 29 de Abril del 2010.




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